A Vivir se Aprende Viviendo. Poesía del alma.



Esta foto me mueve en todas las direcciones de mi ser. 
Mi intelecto tiembla, 
mi cuerpo sufre y llora 
y mi alma prefiere ser poética y decir:
Si es que acaso este ser fue por propia voluntad, amado Dios, quiero ser como él en ese sentido, para que jamás me tiemblen las piernas al levantarme a trabajar muy temprano, y mi lengua se engulla si es que quisiera quejarse de nuevo por algo. Y permíteme en esas levantadas tempraneras, hacer trabajos dignos que aminoren el sufrimiento y eleven la vida y los niveles altos de la felicidad y la realización, de al menos una persona en este mundo, pero si me permite la vida más de una, yo seré más feliz cada día. Que mi espíritu jamás olvide su felicidad.
Mi espíritu quiere completarle a mi alma. 
Alma, no tiembles ante la voluntad indomable del SER que a pasar de sus carencias, tiene las fuerzas del universo, que forjaron su nacimiento, para levantarse e ir al destino que escoge cada día mientras esté vivo, porque esa misma fuerza la llevamos todas y todos por dentro. 
Alma, le dice mi espíritu, solo, lleva afuera esas fuerzas que nos han esculpido a todos y transfórmalas en acciones que enriquezcan a este mundo. 
No te compadezcas de él, admírale y ve en lo que esta persona se convertirá, pero más aun, logra ver lo que realmente es.
 
Esa es la fuerza que le levanta, la que sustenta su temple y aunque no es precisamente lo que él busca, dale tu admiración, no tu lástima, pues la lástima no impulsa a nadie la sepulta, pero la admiración le eleva al lugar que le corresponde por su esfuerzo. 
  

La Vida Es Lo Que Decidimos Hacer De Ella Cada Día Que La Vivimos. 
Vive, toma las deciciones que quieres tomar sin miedo. Deja que tus hijos e hijas tomen las suyas, apoyales, acompañales, así se equivoquen, no les reclames y menos les digas "te lo dije", tu no tienes todas las respuestas y tambien te equivocas a diario, sobre todo con ellas y ellos.  
A Vivir se aprende Viviendo 
y tu ¿todavia estas viva/o?, quiere decir qu sigues aprendiendo.
Vive como si fuese tu último día o el de tus hijos e hijas, hasta que te brote poesía del alma.

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