Un día para respirar mi vida 1


Un día para respirar mi vida

Muchas mujeres solemos decir al final del día, que no hemos hecho nada de lo que queríamos, que se nos fue el día y no sabemos en qué; que estamos cansadas y no sabemos por qué… “necesito un descanso de esto o aquello” queremos hacer más, pero muy pocas veces se escucha “disfruté mi día” o “estoy feliz” y “Soy feliz” menos aún, porque

¿Cuántas de esas cosas son para nosotras,
o por nosotras?
¿Cuál es el momento personal dentro de
la rutina diaria?
¿Según qué o quiénes estamos tomando las decisiones?

La verdad es que en mis años de experiencia trabajando con mujeres y familias, de todas esas cosas, el promedio de las acciones para si mismas son muy escasas o nulas en muchos casos. Si son mamás, menos aun. Es como que si les hubiesen grabado a fuego, en los huesos, que ser madre o mujer es igual a entregar su tiempo, espacio y energía; otorgar en regalo su autonomía.

Resulta que además, muchas de ellas ni siquiera pueden ser  autónomas en sus formas y decisiones, muchas se deben a montones de exigencias externas, que vienen incluso de su imaginario personal. No son conscientes de esto, o son conscientes y lo normalizan, o lo saben y lo aceptan como lo correcto, como el deber ser.
            ¿Dónde queda nuestra individualidad
                          en todo esto?
Sin embargo, hay muchas que al darse cuenta quieren salir de ese agobio sin dejar de hacer las millones de cosas que hacen en el día, pero quieren ser conscientes de ellas y disfrutarlas, ser felices al final del día; hay otras que quieren disfrutar de sus vidas, atender bien lo que hacen en sus rutinas y dejar de hacer algunas cosas que les roban tiempo o energía, pero no saben por dónde comenzar o cómo hacerlo. Muchas pasamos por esto, incluso las coach, en algún momento de nuestras vidas. 

En todo caso quieren un respiro, un espacio para ellas mismas, pero no saben qué es ese respiro, no saben qué es tomarse un tiempo para ellas, no saben como hacerlo y si lo hacen, no saben como disfrutarlo. Esto pasa mucho en mamás y cuidadores.
Todo el cambio comienza ESCOGIENDO
Escoges hacer algo… y vas probando qué te funciona y qué no:
* Escoge un par de horas a la semana, o un par de minutos diarios, dependerá de lo que te funcione más “A Ti” transfórmalo en un hábito positivo de pensamiento y luego llévalo a la práctica en tus actividades de vida diaria o AVD.
* Escoge tomarte un rato al principio, al medio o al final del día para darte un gusto, en algo que nadie pueda hacer por ti.
* Escoge alejarte de personas que restan, son personas que se quejan de todo, catastrofizan, o empeoran las cosas, si tu les cuentas algo a ellas les va peor. Es difícil porque pueden ser nuestros amigos o parejas, pero ha formas de hacerlo, te puedo enseñar cómo, contáctame. Una de ellas es haciendo alguna actividad que relaje tu mente y tu cuerpo.

Escoge dedicarte tiempo para disfrutar-te, como mis talleres de arte y creatividad, o caminatas, subir escaleras, charlas, cursos, explora temas diferentes a lo usual, lee, lee en voz alta (esto acalla los pensamientos) cuenta cuentos, hay un sin fin de cosas que puedes hacer, para alejarte de cosas que restan y así sumar energías a tus días.


Si estas decidida a comenzar este camino y quiere mantenerte en el hasta crear hábitos positivos de pensamiento que te rescaten cuando vuelvas a caer, contáctame, te acompaño para que hagas de tu vida lo que realmente quieres, para que fortalezcas tu autonomía y la comuniques al mundo justo como TU quieres. Te espero.
Angfany Guevara


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